Buzón de observaciones y sugerencias para mí mismo y mi práctica como estudiante y como docente

Primera observación:

¿No se supone que alguien que está para enseñarte sobre un tema primero debería dejarte formular tu punto de vista, para, a partir de ahí, realizar sus observaciones?

No me parece correcto dejar que una persona formule, a punta de interrupciones, su punto de vista a medias para elaborar hombres de paja a partir de ello y convencer a los otros de que no hay nada valioso en su formulación. Pienso que en esos casos hace falta mayor apego al buen sentido de la lógica, así como un distanciamiento crítico del mero dogmatismo.

¿Pero qué puedo decir yo más allá de mi experiencia sublunar? Yo, un sujeto infinitamente ignorante. Porque infinitas son las cosas que existen y limitado es lo que puedo decir de ellas. Y ojo, no sólo es limitado lo que puedo decir, sino también lo que puedo sentir y lo que puedo llegar a pensar y a comprender. Una caña pensante, recuperando la palabra de Pascal, en un inmenso océano eterno.


Segunda observación:

Admito que me causa cierta desazón observar cuando los practicantes de un determinado juego no toman lo suficientemente en serio los nombres de las piezas y las reglas que lo caracterizan. O peor aún, que el llamar a las piezas por su nombre y aplicar las reglas mencionadas sea motivo de censura.

¿Qué ha de pensarse de dos sujetos que se dicen aprendices del ajedrez, y que cuando uno escucha al otro mencionar que los alfiles sólo se mueven en diagonales, juzga censurable el uso de tales conceptos?

¿Pretende acaso el primero afirmar con ello que es incorrecto que el aprendiz del ajedrez llame reina a la reina sólo porque es un aprendiz? ¿O es que la reina se llama peón y se mueve como caballo? ¿ Y qué pasa si también se ha censurado el término caballo?

Quizá sea el caso que ambos no están aprendiendo a jugar el mismo juego, y quizá para uno de ellos solamente se trata de sentarse frente a unos cuadros blancos y negros a mover las piezas sin ningún sentido más que el que él mismo quiera darle. Pero esto, ¿no va en contra de la búsqueda de conocimiento (ojo, no por ser limitado se debe despreciar), por ser social en su origen y en su finalidad?

Pero en ese caso, ¿qué sentido tiene aprender a jugar ajedrez para el que dijo «el alfil solamente se mueve en diagonales»? Mi respuesta es que tiene todo el sentido del mundo, pues porque un sujeto haya pretendido censurar el uso de la palabra «alfil» refiriendo la pieza correspondiente, ello no implica que no habrá otro que sí comprenda la relevancia de los nombres de cada pieza y los valores que rigen su movimiento.

Así, pues, más allá de los achaques de la condición humana, la posibilidad de ganar o perder sólidas partidas jugadas con las mismas piezas y con las mismas reglas puede ser un buen alimento y un excelente motivo para continuar aprendiendo.

Sugerencia número 1:

Hay que seguir aprendiendo siempre (lo digo en el sentido de los naturalistas de que nuestra forma de desenvolvernos en el mundo se adapta e idealmente se mejora en función de sus consecuencias, y también lo digo en el sentido socrático y netamente filosófico de conservar la humildad en cuanto al saber).

Sugerencia número 2:

No hay que olvidar las palabras de Hegel: «El temor al error es el temor a la verdad». En este sentido, no temo exponer mis puntos de vista sobre los asuntos filosóficos que me interesan, pues siempre puede haber, y siempre habrá, alguien que domine mejor un tema y sea capaz de señalarme con justicia mis errores y omisiones.

Sugerencia número 3:

Por favor, joven, deje de llamar juegos a muchas cosas serias (aunque piense que esto serio no son sino lenguajes, y los lenguajes sean como juegos. Sí, gracias segundo Wittgenstein, aunque no te conozco del todo bien).

Sugerencia número 4:

Entender que no todos están dispuestos a aceptar de buena manera que existen puntos de vista diferentes a los suyos. Y entender también que no todos están interesados en argumentar su punto de vista.

Sugerencia número 5:

Entender que habrá quienes sí estén interesados en argumentar sus puntos de vista y que también habrá quienes sean capaces de reconocer que existen múltiples puntos de vista sobre algunos temas, sobre todo en filosofía.

Sugerencia número 6 (y esta va para cualquiera):

Leer bastante y escribir bastante.

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